Salió del jardín interior, buscando a su guardia para que lo escoltara de regreso a la posada o al lugar de su alojamiento, impaciente por enviar un cuervo detallando la irritante demora. Mientras cruzaba un pasillo con arcos de piedra que ofrecían algo de sombra, su camino fue sutilmente interceptado por una figura femenina. No era Lady Eira, pero el cabello rojizo y el porte sugerían la misma Casa de los Ríos. Hal la reconoció inmediatamente como una Blackwood más joven, probablemente Lady Valeana. Se detuvo, su expresión de disgusto no se disimuló en lo más mínimo. Su voz, que ya estaba cargada de frustración por la visita a los Martell, sonó como el crujido del hielo bajo la presión. ───¿Están los Blackwood organizando una recepción en Dorne sin que yo lo supiera, o simplemente han decidido que es un buen día para estorbar mi camino?─── Cruzó los brazos sobre el pecho, una postura que comunicaba perfectamente su falta de interés en cualquier saludo o excusa. ───Si es aquí donde se reúnen para lamentarse por la Guerra, les sugiero que lo hagan en silencio. Si, por el contrario, ha venido a reemplazar a su hermana en este juego de esperas sin sentido, sea directa. ¿Cuál es el propósito de interrumpir a la realeza, Lady Valeana?