El rubio rodaba los ojos cada que escuchaba algo que para él era una estupidez por parte de la chica de al lado, a quien luego dedicó una risa entre dientes, esperando a que terminara. — ¿“Matar por placer”? No son psicopatas, Victoria. — Golpeó su lápiz contra la madera del podio pensando en que decir, hasta que finalmente dedicó una sonrisa al público. — Bueno. Mi nombre es Khaos Gromov. Para refutar el argumento que mi querida compañera acaba de decir, quiero iniciar con una pregunta. No es necesario que levanten la mano. ¿A cuántos de aquí algún crimen organizado los ha sacado de apuros? Yo sé exactamente a quienes si y a quienes no. — Hizo una pausa. — La mafia no mata solo por que sí. Es un legado que trasciende de generación a generación, con el propósito de ayudar al pueblo en lo que la policía no. Claro, que algunas cosas como el contrabando tampoco están correctas, pero creo que si hablamos de drogadictos, Victoria puede hablar más sobre el tema al vivir con uno, ¿no es así? — El rubio sonrió y mordió el borrador de su lápiz de manera juguetona mientras todos murmuraban entre ellos.
