𝙹/𝚆𝙰𝙻𝙺𝙴𝚁.

? puto rubio con lentillas falsas

FUERAAAAA FUERAAAAAAAAA @SoyOliviaMiller 

callenla

Bob debería estar tatuado en el huevo derecho 

es más

q bueno no nos importa 

Pero, ¿Por qué…? Quiero decir, ¿A qué se debe todo esto? 

Fue muy patriota de nuestra parte haber revivido un 4 de Julio.
            @SoyBoblReynolds 

¡Hola, John! ʚ₍ᐢ. .ᐢ₎ɞ

@SoyKieranZambada / es q se están yendo varios del squad amistad!!! y por eso hice esto

/ si kiereees pásame su número yle marco 

— ¡PAPI! —gritó una voz infantil que corría aceleradamente hacia ellos, hacia John, aferrándose con fuerza a sus largas piernas. Olivia sonrió feliz de ver ese pequeño reencuentro, dejando a su exesposo disfrutar de Nathan mientras ella iba a coger agua en un vaso de cristal. 
            
            — Te dije que tu papá vendría cuando estuviera desocupado —le dijo Olivia a su hijo, dejando el vaso sobre la isla. No quiso poner en evidencia el maratón de John, pero supuso que no le diría que no a un poco de agua. Sus ojos miraban con atención a John y a Nathan, permitiéndose por segunda vez que su mente volara a una realidad en donde, quizás y sólo quizás, John seguía siendo su esposo y acababa de regresar a casa después de un día difícil en el trabajo.

El corazón de Olivia se hinchó de felicidad al ver el rostro de Nathan iluminarse de repentina felicidad, asintiendo frenéticamente ante la pregunta y provocando que ella riera y que, al mismo tiempo, la mente de Olivia se olvidara de la inusual falta de respuesta de John. Se levantó, dándole otro beso más en la cabeza porque, para ella nunca eran suficientes, y fue una vez más hacia la cocina.
            
            Sacó todos los ingredientes para los panqueques mientras de fondo se oían las voces de la familia Heeler en la televisión, sobre todo las de Bluey y Bingo. Se puso el delantal de cocina y, tras atarlo, se quitó la alianza que decoraba su dedo anular izquierdo. La colocó en un pequeño recipiente de cerámica, junto al anillo de John. Y fue ahí, justo en ese preciso instante, que Olivia se permitió a sí misma fantasear y creer que el divorcio jamás ocurrió y que John se había quitado la alianza por temor a perderla en el trabajo, o quizás para una limpieza, y que ella se le estaba quitando en esos momentos para cocinar y no ensuciarla.
            
            Suspiró con fuerza, restregando sus dedos contra su rostro como si eso, de alguna manera poco sensata, le prohibiera soñar despierta. Rompió dos huevos sistemáticamente y, en el momento que estaba vertiendo el contenido del segundo en el bowl, escuchó un golpe en la puerta. Luego un segundo. Y por último tercero.
            
            Se extrañó, preguntándose quién podría ser. Se lavó las manos con agua y se las secó en el delantal antes de abrir la puerta, sorprendiéndose al ver a John—. ¿John? —preguntó, pestañeando sin comprender exactamente qué hacía ahí. Su estado era casi febril, y por la manera en la que su pecho subía y bajaba pese a que tratara de disimularlo, indicaba que había estado ¿corriendo? Para llegar allí. La confusión de sus ojos fue reemplazada por una ligera diversión—. Uh, sí. Sí, pasa —agregó al ver cómo pedía permiso, haciéndose hacia un costado para que pudiera entrar. (+)

El dedo de Olivia bajaba y subía por la pantalla de su celular actualizando el chat, frunciendo el ceño al ver el visto de John y ninguno respuesta de su parte. Pensó en que, quizás, debía ser un problema de su móvil y del internet. Debía ser eso, ¿no? Porque él no le dejaría de responder sin más. ¿No es así?
            
            La voz de Nathan la sacó de sus pensamientos idiotas y sin sentido, bajando el móvil y apoyando el cristal de la pantalla sobre la pequeña isla de la cocina—. ¿Sí, cariño? —preguntó Olivia, quitando sus codos del mármol y observando con curiosidad al niño de cabello tan rubio como el de John, que estaba sentado en el sofá y jugaba distraídamente con sus dedos, prestando poca y nula atención a los dibujos animados de la televisión.
            
            — ¿Hoy vendrá papi? Es que me prometió que jugaría conmigo, mami. ¿Puedo llamarlo así le recuerdo que venga a verme? ¿Puedo llamarlo, mami?
            
            Olivia sonrió con melancolía mientras abandonaba la posición en la que estaba, caminando hacia la sala y rompiendo el espacio que su hijo y ella compartían—. Tu papá vendrá cuando se desocupe, mi amor. ¿Recuerdas lo que él te contó? ¿Recuerdas que te dijo que a veces tiene que vencer a los malos para cuidar de nosotros y que por eso no viene tanto a casa? —preguntó con voz suave, sentándose junto a Nathan y rodeándolo con sus brazos, atrayéndolo hacia ella y besando su cabello rubio que olía a shampoo de niños, trazando pequeños círculos en su hombro—. Te prometo que él vendrá. En un rato te daré el celular para que le hagas una videollamada, ¿qué opinas? Estoy segura de que él se pondrá muy, muy feliz de verte, Nate —alentó, sonriéndole con dulzura y despeinándole un poco el cabello, sin querer que su hijo se pusiera más triste de lo que su rostro ya delataba—. ¿Qué dices si hacemos unos dinopanqueques? ¿Quieres que mamá te prepare un par? (+)

Por qué no me quieren en el equipo. 

Y cuándo es mi cumpleaños.

En mi defensa, tú empezaste diciendo «te amo». Ahora abstente a las consecuencias.