Hey, ya me has robado como 3 sudaderas, Byers! —"reclama" entre risas, correspondiendo gustoso el abrazo— Bueno, de hecho me gusta que uses mi ropa, haces que se vea mil veces mejor —deja escapar una sonrisita— Oh, ven! Vamos a mi habitación —dice, a la vez que lo toma de la mano y lo dirige a dicho sitio. Al entrar y cerrar la puerta se deja caer rendido en la cama, como si estuviera dispuesto a tomar una siesta— En fin, ¿qué te trae por aquí? ¿O sólo querías visitar a tu atractivo novio? —pregunta burlón, pasando una mano por debajo de su cabeza, como una almohada—