@SoyXavierBaxter
¿Y por qué verga haría eso? Si tanto tú como yo nos llenamos los bolsillos gracias a los adictos. No abogues tanto por el bien y aprende a aceptar el lucro, doctor, que te irá mejor en la vida. Y, por cierto, difamaciones sobre mi producto, las justas: si pudiera pasar un control de sanidad, lo haría con creces.
Niego absolutamente que esos pelos sean de mi procedencia, después de todo yo no soy el que se está quedando calvo en este pueblo. ¿No ha pensado que puedan ser de alguna de sus conquistas, doc? #NoShameInThat
Doc, créame que mi intención nunca es romper membranas timpánicas, pero le aseguro que sí eso pasara, tienen al mejor médico en cuestión.
¡Doctor Baxter! (*^‿^*) Casi le pongo Dr. Bacteria… Perdone, AUNQUE menos mal que corregí el tipeo. Puede venir, sí, sabe que estoy aquí para ayudarlo en el camino del hobby musical. ¿Tiene algo en mente? Para ir descartando algunos géneros. Bua, no se preocupe, aquí está Junie a sus servicios. Lo ayudaré a expandir ese gusto musical, doc. Cuente con ello.
¡Lo espero mañana en la tienda! Puedo hacerme tiempito para usted en la mañana antes de que vaya a la clínica. Avíseme. ( ˙꒳˙ )
¡¡Xavie!! Justamente termine de preparar algunos. No te vendría mal romper tu estricta dieta. ¡Estoy segura que los amarás! De todas formas, puedo guardar el secreto y no decirle nada a tu nutriólogo. ¿Y? ¿Qué dices? ¿Gustas algunos? Están calentitos.
¿En serio? Pensé que nuestro Doc era más serio. Pero, nunca está demás darse sus gustos. ¿Si? ¡Muy bien! ¡Los amarás! —manteniendo sus labios estirados en aquella típica sonrisa; dulce y sincera, extendió un pequeño topping donde se encontraban los muffins—Aquí tienes, cielo.
He’d lived long enough to know that the city and its fast-paced hospitals could swallow anyone whole. For nearly two decades, he worked as a general surgeon at a prestigious medical center, facing twelve-hour shifts, split-second decisions, and the weight of lives resting in his hands. He was good at what he did, but the personal cost was high.
Three years ago, after a particularly difficult case that left its mark on him, he decided to step away from that world. He sold his apartment in the city and moved to Ashenvale, a town he knew only from a childhood vacation. There, he bought and restored an old clinic that had been closed for years, turning it into a modern practice with the warmth and familiarity he’d been missing.
Though he’s after a quieter life now, the surgeon’s instinct has never left him—if a serious accident happens, he won’t hesitate to take charge and act with the precision honed over years in the operating room.