Yuelin vagaba por las montañas de Liyue como un zorro de varias colas nacido del soplo del crepúsculo. Se decía que su pelaje estaba teñido con los últimos rayos del sol y que sus patas apenas tocaban la tierra, dejando tras de sí remolinos de hojas y polvo dorado.
Al principio, no era más que una criatura espiritual curiosa, observando a los mortales desde la distancia. Sin embargo, los cambios del mundo —la llegada de los humanos, las guerras, la corrupción de demonios— lo llevaron a intervenir. Atraído por su astucia y su rapidez, los adepti mayores lo reconocieron y le ofrecieron un contrato: custodiar los pasos de montaña al anochecer, guiando a los perdidos y enfrentando a los que buscaran aprovecharse de otros.
Así nació su título adeptal: Dusktail, el Zorro del Crepúsculo.
A diferencia de otros adepti, Yuelin rara vez se presenta con solemnidad. Prefiere aparecer como un viajero elegante o un zorro juguetón, probando el corazón de quienes encuentra. Aquellos con intenciones puras encuentran un guía y protector; los de intenciones torcidas, una tormenta de viento y arena que los hace retroceder.
Su santuario principal es el Pasaje del Crepúsculo, un sendero alto entre montañas donde el sol se esconde justo entre dos picos y el viento canta como flautas invisibles. Allí, su forma de zorro aparece en las laderas, colas iluminadas por los rayos anaranjados del ocaso.
