¿...? Es porque, en efecto, estás siendo vigilada por mi. No existe la privacidad en esta casa, señorita. Aunque agradezco la oferta, es mejor que te quedes el dinero. Quién sabe para qué lo necesitarás. Además, debes pagarte tus caprichos. ¿Cómo que caminar...? ¿Sola? ¿Por la noche? Estás demente, ¿verdad? ... Y me lo dices ahora. Ya sé a quién te refieres. Ese borracho problemático, tsk. Tienes mi permiso para darle un zape si se sobrepasa.