⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Desde que había nacido, Zoya Ekaterina Rizhsky era como la mancha de vino sobre el mantel blanco de su familia. Mientras sus hermanos mayores respiraban odio y planeaban venganzas como si fueran rituales sagrados, la menor de los Rizhsky se reía a carcajadas de cada pelea absurda, como si observar el desastre fuera su entretenimiento favorito.
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ Zoya nunca quiso verse involucrada en la guerra entre su familia con los Balestra (para ella la guerra debió terminar hacía mucho tiempo) pero los demás creían que justamente ella debía ser la más expuesta a todo este odio insensato para que aprendiera a mantener el legado familiar de forma apropiada. Sus hermanos no la comprendían en lo absoluto, sus padres la ignoraban salvo en eventos importantes, y los únicos que realmente la entendían eran sus abuelos. Así que cuando uno de sus hermanos eligió inculparla injustamente por un error propio y todos le creyeron al mentiroso, no le fue muy difícil largarse del sagrado hogar Rizhsky.
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Todos trataron y trataron de que regresara pero... ¿cómo lograrían que lo hiciera si nadie conocía de su paradero, los había bloqueado de cualquier método de comunicación y solo había llevado su guitarra eléctrica de años consigo? Un día alguien podía jurar haberla visto en el corazón de Londres, al siguiente salía en noticias por las calles de Budapest, y después sonaba su nombre en un concierto clandestino en Estambul donde ella prefería usar un nombre artístico que el verdadero. Su sueño siempre había sido la música y ahora que era libre, no iba a desperdiciar su oportunidad de triunfar en ella.
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Para todos fue una sorpresa cuando volvió.
Nadie sabe el motivo de su regreso, y no es como si Zoya alguna vez fuera a contarlo.