A veces toleramos cosas por como crecimos en nuestro entorno. Un entorno tóxico, lleno de manipulación, negligencia, desprecio e indiferencia. Y cuando crecemos tenemos relaciones con el mismo patrón. Y yo he decidido a romper ese patrón. Si alguien me trata así, lo dejaré ir, aunque lo amé como a nadie. No vale la pena tratar de arreglar a las personas, no podemos controlar lo incontrolable. Es mejor alejarse aunque duela y algún día va a dejar de doler.