Que injusto es el destino, ¿no?
Me regala un camino,
Uno que no puedo tocar,
Ni gozar,
Lo aleja con cada paso que doy,
Me lo pone en la cara
Y después lo arrebata.
Su piel tan cerca,
Pero su amor tan lejos,
Me invade su indiferencia,
Me aferro a mi ilusión.