La forma de su andar, aquella sonrisa e incluso parecía carecer del brillo natural en sus ojos, seguramente estaba preocupado por algo, aunque eso no le era de su incumbencia así que estaba de más cuestionar al respecto, por otro lado se notaba que estaba listo para la lluvia, seguramente se preparó de ante mano en caso de que lloviera. Eso le brindaba la sensación de que era muy precavido.
Como respuesta agrando su sonrisa, tenía razón, tan solo era agua y aún así ahí estaba, sentada en espera de que terminara, simplemente para cumplir con protocolos que curiosamente no siempre seguía al pie de la letra.
Analizó con extremo detalle su mirada que carecía de intenciones agresivas, más bien resultaba serena e incluso un tanto perdida en otro lado. Parecía cargar con una daga que le hizo sonreír de lado, había despertado su curiosidad. El contrario no tardó en tomar asiento aunque era cierto que si se tomó su tiempo.
—Es una bendición tener compañía, por cierto la daga que porta es linda —halago