/se queda completamente quieta por un segundo. El sol cae suave, quizás están en un balcón con vista al mar o dentro de una suite llena de velas. Al verlo a Nikki, que está de rodillas, con ese anillo brutal y brillante, su mirada vulnerable por primera vez en mucho tiempo... Ella parpadea, llevándose una mano a los labios sorprendida. Y entonces, empieza a reír entre lágrimas. Esa risa nerviosa por un momento como ese.
¿Tú me estás pidiendo que me case contigo, Sixx? ¿El mismo tipo que perdió su pasaporte en Tokio, se quedó dormido en un ataúd en una sesión de fotos y que cada vez que cocina hace explotar la tostadora? ¿Ese mismo?
/Suelta una risita porque ni siquiera sabía qué decir ni cómo afrontar un momento delicado e importante como el que era ese preciso momento, pero sus ojos están brillando, ya con lágrimas rodándole por las mejillas. Piensa: "di algo cuanto antes Brandi".
Carajo Nikki... no me hagas llorar así. Tú sabes que te diría que sí incluso si no tuvieras un anillo. Incluso si sólo tuvieras una caja de cereales vacía con una piedra dentro. Porque eres tú. Desde el primer segundo en que me miraste como si yo fuera todo lo que tenías, supe que estaba jodida. Que estaba perdida. Y que nunca, nunca, iba a querer encontrar la salida.
Tú eres caos, eres fuego, eres sombra... pero también eres lo más puro que he tenido nunca. Cuando me abrazas, no existe el resto del mundo. Cuando sonríes, juro que podría quedarme a vivir en tus dientes chuecos. Y cuando me besas... dios, cuando me besas, siento que ni siquiera necesito oxígeno.
/Se arrodilla también, frente a él, a su altura. Le acaricia el rostro con ternura y le da un pequeño golpe juguetón en el pecho.