Nacida en 1968 en la ciudad de México, Susana Pagano irrumpió al mundo de la literatura del modo en que lo quisieran hacer todos los escritores jóvenes: con un libro que mereció elogios unánimes y que atrajo la atención de los lectores y de la crítica nacional e internacional. Y si yo fuera Susana San Juan... (Instituto Queretano de la Cultura y las Artes, 3ª edición ilustrada 2015) recibió el Premio Nacional de Bellas Artes José Rubén Romero 1995. Contra lo que pudiera suponerse, su obra no es una parodia, sino una invención autónoma, inquietante y fantástica que se da el lujo del guiño cultural y la referencia libresca.

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      Solitaria y fantasiosa, Susana Pagano pasó sus primeros años de vida rodeada de libros e imaginación y, desde muy temprano, aprendió a vivir en carne propia las historias impresas en los libros. Historias que iban de la novela romántica a la de aventura; de la novela histórica a la literatura clásica. Durante sus años de juventud, Pagano experimentó el oficio de escribir como un juego sin tener conciencia aún de que, con ello, marcaba el rumbo de su destino. Lo que en un principio fue un divertimento y una manera de matar los ratos de ocio, pronto se convirtió en una obsesión, una pasión y una forma de vida. Así, a los 12 años de edad escribía su primera novela, y a los 27, recibía el premio Nacional de Bellas Artes y, con él, nacía una escritora cuya obra, posteriormente, sería motivo de estudio en universidades nacionales y extranjeras así como de la elaboración y publicación de diversos ensayos. Susana Pagano ha publicado las novelas Trajinar de un muerto y La Pitonisa de Aguaprieta, ambas merecedoras de becas y reconocimientos de la crítica. Asimismo, ha obtenido varias becas entre las que destacan la de Jóvenes Creadores y la del Sistema Nacional de Creadores de Arte, ambas del FONCA. Periódicamente publica cuentos y reportajes en diversos suplementos, revistas y antologías tanto digitales como de formato impreso.