SoyMerylStryfe
arquea ambas de sus cejas y un traicionero escalofrío recorre su espina dorsal. frunce el ceño, y hace un pequeño esfuerzo por zafarse de él sin demasiado éxito: el dichoso huracán es mucho más grande que ella. ──aléjate... o como mínimo pon eso a lavar. ──gruñe, refiriéndose al abrigo. comienza a pensar que el rubio está pegado a él. ──los últimos donuts te los comiste tú.
SoyMerylStryfe
la muchacha es consciente de que el rubio está haciendo caso omiso a sus palabras: puede notar su respiración cerca de su coronilla, y casi podría jurar que debe tomar aire antes de que su temperamento explote y hable por ella. hace una mueca y rueda los ojos: un gesto expresivo e innato del que ni siquiera se percata en presencia del más alto. toma a este de las manos y las mueve de un lado a otro, aunque no se voltee para hacerlo. ──así que tenían vida propia... ──considera, en un reproche, mas tiene que aguantar una débil risa que amenaza de salir de entre sus labios. ──¿hablaban también? gira entonces la cabeza para verlo, separándose un poco de la cercanía que mantenía sus cuerpos juntos. arruga el ceño, con extrañeza. ──¿ensaimadas? ¿crees que soy cocinera? ve a un bar de pueblo a pedir unas... y ten suerte para que no te reconozcan. y a aquel quejido sus tripas se suman hambrientas.
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