Sé que ha pasado semanas desde que las cosas con los PDF estallaron, pero no me sentiré tranquila hasta haber dicho algo sobre eso.
Cuando uno escribe le dedica tiempo y cariño a la historia. Son momentos en el día a día que uno se pone a pensar en como desarrollar la trama o en escenas y personajes. También se le dedica estrés y ansiedad, a veces, cuando las cosas no salen como uno quiere. Es todo un proceso.
Cuando se comparte eso, y se escribe sabiendo que se va a compartir, hace ilusión pensar que vas a poder llevar a otros los sentimientos que tienes dentro. Que vas a poder hacer reír, sonreír, llorar en desahogó o simplemente entretener. Y ese es, en muchos casos, el pago que se recibe por horas en frente de un documento, y es suficiente, porque se hace con amor.
Cuando uno escritor elimina una historia, tiene sus razones. ¿Puedes imaginarte desechar algo que te tardo mucho tiempo hacer? ¿Tirar horas y horas? No es fácil, y precisamente porque no es fácil, debe haber una razón de peso para ello.
Yo, por ejemplo, he eliminado historias. Ufff, unas cuantas. Las he eliminado porque las he vuelto a leer y no me ha gustado cómo escribí, o porque ya no estoy de acuerdo con lo que plasmé. Me incomodaba tener las historias ahí, para que todo el mundo las viera. Era una INCOMODIDAD increíble, en la que no podía ver mi perfil sin sentirme mal porque estaban ahí. Algo que no me gustaba y no quería. También las he eliminado para editarlas y volverlas a subir.
Razones hay un sin fin. Porque la historia que escribiste no te representa más, porque cambiaste de gustos, porque yo no estás en comodidad con el fandom, y así y así. Cada quién tiene un porqué distinto, pero igual de válido.
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