Padre santo, Dios eterno y Todopoderoso, te pedimos por (el nombre del difunto), que llamaste de este mundo.
Dale la felicidad, la luz y la paz. Que él, habiendo pasado por la muerte, participe con los santos de la luz eterna, como le prometiste a Abraham y a su descendencia.
Que su alma no sufra más, y te dignes a resucitarlo con los santos el día de la resurrección y la recompensa.
Perdónale sus pecados, para que alcance junto a ti la vida inmortal en el reino eterno.
Por Jesucristo, Tu Hijo, en la unidad del Espíritu Santo. Amén.”