la datación de los primeros árboles conocidos es del rango de los 380 millones de años antes del presente, en pleno período devónico cuando los animales vertebrados apenas comenzaban a colonizar las tierras emergidas. Esos árboles, del género Wattieza, que poblaban zonas actualmente correspondientes a Sur y Norteamérica, probablemente enriquecieron la atmósfera con oxígeno producido mediante la fotosíntesis favoreciendo de este modo el desarrollo de especies superiores de animales fuera de los mares. Los árboles más antiguos eran helechos arborescentes, equisetáceas y licofitas, que crecieron en bosques en el período carbonífero; aún sobreviven helechos arborescentes, pero las únicas equisetáceas y licofitas que quedan no tienen forma de árbol. Más tarde, en el período Triásico, aparecieron las coníferas, los ginkgos, las cícadas y otras gimnospermas, y posteriormente las plantas con flor en el período Cretácico. La mayor parte de las especies actuales son plantas con flor (angiospermas) y coníferas.
Plantas con el biotipo de árbol se encuentran en todas las clases de la superdivisión Spermatophyta (las antes llamadas fanerógamas), salvo en las cícadas (Cycadophyta), que son de biotipo Palmeroide.