Un día un niño conoció el amor, algo muy distinto de todo aquello que conocía, algo que lo movía y lo inspiraba, alguien que transformaba su vida gris y vacía en un cúmulo de emociones y colores alegres que lo animaba a seguir cada día.
Pero un día la vida le mostró la realidad, le puso trabas e hizo que cayera en cuenta sobre la vida que llevaba. Comprendió aquella responsabilidad que se le había dado desde que nació, y una vez que el peso de su actuar y pensar lo aplasto, se dio cuenta que no haría más que daño hacia aquella persona que tanto quería.
Ni él ni ella se entendieron, se distanciaron y dudaron. Y aquel amor que se confesó se perdió entre palabras, así se dio por terminado algo que nunca pudo iniciar.