Ya ha pasado más de un año desde que decidí escribir mi primer fanfic, inspirado en mi profundo amor y admiración por el personaje de Severus Snape. Les agradezco, porque no creí que llegaría tan lejos, y la verdad es que a parte de la motivación que tenía al escribir cada capítulo, ustedes me dieron mucha felicidad en ese tiempo. Algo que aún atesoro, porque ese fanfic, significa el único objetivo en mi vida que fui capaz de alcanzar.
Seguro muchos se preguntan por qué abandoné, seguro algunos pensaron que tal vez me agoté mentalmente y necesitaba un descanso, y les agradezco a quienes pensaron de esa forma, porque es, en parte, cierta.
Voy a usar este post como desahogo, lo siento. Esto es más para mi misma que para el resto. No he podido volver a ser esa persona, la apasionada por escribir. Me gustaría que volviera en algún momento, que volviera a darme la motivación que he perdido por la vida. No me gustaría, lo necesito.
Han pasado tantas cosas después de abandonar este proyecto, desde una gran cicatriz por quemadura de tercer grado, hasta enfermar de tuberculosis, y ahora mismo estoy batallando con otra enfermedad que aún no está definida. Esto es difícil, realmente lo es, pero más emocionalmente. Es difícil porque no logras ver algo positivo a tu alrededor, porque nadie es capaz de entender lo que estás pasando. Ni siquiera pido entender, pero al menos empatía.
Pero me aferro a los buenos recuerdos, lo único que me queda, lo único que posiblemente me lleve conmigo, a la felicidad que sentía al leer sus comentarios, y a la que sentía cada vez que publicaba un nuevo capítulo. Gracias por todo.
Y si en algun punto ya no podré continuar esto, ni siquiera a futuro, les prometo que al menos les contaré lo que iba a ocurrir en la segunda parte.
Se que algunos aún siguen esperando. Les agradezco, y perdónenme por haber abandonado.