"—¿Recuerdas cómo alguna vez fue? ¿Recuerdas cómo era? ¿Entiendes cómo es? ¿Sabes cómo puede llegar a ser? ¿Sabes cómo será?— éstas, y muchas otras, eran las preguntas que tu cerebro jamás querrá responder, pues sabes que todo es tan insignificante como un espejo podría serlo, o tan mortífero como una vela podría serlo; la verdad a esas preguntas te carcome porque duele el recordar, el entender, el saber... Sólo es cuestión de tiempo, antes de que te des cuenta que jamás pudiste hacer esas preguntas a alguien, no aprovechaste tu oportunidad para hacerlas, desperdiciaste tu derecho, imcumpliste tu deber... Todo por tu orgullo..." - Thomas.