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Después de sentirme peor por tampoco lograr "eso", se me ocurrió intentar tener ganas de vivir: crecer, proponerme metas, tener una rutina, lograr objetivos, etc. Lo que en un principio no le tenía fe, pero en ese proceso conocí a personas que me ayudaron a vivir la vida de esa manera; vivir y no sobrevivir. Me brindaron alegrías, confianza y seguridad en mí misma, entre otras cosas que en su conjunto me ayudaron a ver la vida con más optimismo.
Sin embargo, la persona más importante, la que más me ayudó y me entendió, fue un profe de mi secundaria, paradójicamente de educación física que era la materia que peor se me daba, pero después de él pude empezar a sacar 10 . Algo imposible para mí, pero gracias a él realmente mejore, y eso que yo creía que no tenía talento . Lamentablemente, así de rápido que apareció, se fue, y en agosto del año pasado falleció. Me sentí como Naruto con Jiraiya, él era mi Jiraiya. A pesar de eso, no voy a olvidar todo lo que me ayudó y lo que me enseñó.