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WOOF WOOF HOLIII

te vas a reír de mí…ya no te digo 

Ay, por Merlín, NO. Qué asco, Tom. Eso es lo mínimo que pudiste aportar.

──la pelinegra evito mirar directamente a los ojos de su padre, no por enojo, si no porque no quería que la vea siendo débil, él no le había enseñado a ser así.  brooke sintió un apretujon en su corazón cuando el mayor seco sus lágrimas y beso su frente, no estaba acostumbrada a recibir esos actos de afecto de parte de él, pero en esos momentos juraba que tal vez si necesitaba de vez en cuando tenerlo así──
          
          se que lo haces por nosotros... pero... a veces existen otros métodos de decir o actuar... lo haces por nosotros pero no te das cuenta que la forma en la que accionas a veces nos termina haciendo daño... pero gracias, papá.
          odio llorar, solo me agarraste en un momento de debilidad, no se repetirá.

⠀⠀⠀₊˚✧ⵓ⠀pues, hace unos momentos no parecías ser muy modesto que digamos.   a— ...  espera ¿¡ qué !?... ¿ QUE HICISTE QUÉ, TOM MARVOLO RIDDLE ?

— Nora alzó una cejita mirándolo y ladeó su cabeza sin entenderlo del todo — ¿Mamá?

Bajo la guardia un momento y ya me quieres casar otra vez. 

La mansión Malfoy lucía en todo su esplendor esa noche: lámparas de cristal suspendidas con hechizos sutiles, columnas de mármol blanco que reflejaban la luz dorada del salón y una orquesta discreta que llenaba el aire con melodías clásicas. Todo tenía esa aura aristocrática, impecable y orgullosa que caracterizaba a los Malfoy.
          
          El joven de ojos esmeralda se desenvolvía con naturalidad en ese entorno; era su hogar, después de todo... Vestía una camisa de lino claro, fina y elegante. El corte realzaba su figura esbelta sin esfuerzo, acompañado por pantalones negros de confección perfecta que le otorgaban un porte sobrio y sofisticado.
          
          Sostenía una copa de vino blanco entre los dedos mientras conversaba tranquilamente con un par de invitados. Sus ojos esmeralda, brillantes bajo la luz cálida, se movían con educación de un interlocutor a otro... hasta que una punzada inesperada atravesó su pecho. La sensación nítida de una mirada fija, demasiado intensa y pesada para ser casual.
          
          Al alzar los ojos, se encontró con los del mago. Etamin parpadeó apenas, sorprendido al reconocer a aquel hombre que lo observaba desde la distancia.
          
          Regresó su mirada con elegancia, como si nada hubiera ocurrido, retomando la conversación con una sonrisa suave. Solo unos segundos después, con una excusa perfectamente calculada, se disculpó y dejó la copa sobre la bandeja de un sirviente antes de apartarse del pequeño círculo social.
          
          Con pasos tranquilos y sin llamar la atención, se deslizó entre los invitados, moviéndose con su natural sutileza, asegurándose de perderse entre las túnicas, susurros y luces doradas. con un giro discreto, tomó una salida lateral que lo condujo hacia los jardines. La brisa nocturna y el aroma de las rosas lo envolvieron de inmediato.
          
          Necesitaba aire...
          Y, sobre todo, alejarse lo más posible.

Así que es usted el famoso Voldemort.

Por qué cada qué hablo de mi basilisco se lo tienen que malinterpretar?