Ay, Ulises, llevaba tiempo sin saber de ti, hoy entré a revisar tu perfil esperando encontrar una nueva novela, pero sólo me topé con esta terrible noticia. Todavía recuerdo cuando leí Edward Everwood por primera vez, la puse en mi lista de "auténticas joyas" y allí se quedará, pues me consta que tuviste una creatividad inmensa y el don de la escritura. En un par de ocasiones llegué a interactuar contigo y siempre fuiste cordial y amigable. ¡Qué enorme pena! Espero que estés descansando en paz, tus palabras se quedan en esta tierra como muestra de tu gran talento. Adiós.