Solo un pobre hombre perturbado por la humanidad, tratando de encontrar alivio entre las letras. Escribo para enfrentar lo que otros evitan: las sombras de la mente, los monstruos cotidianos que nos habitan. Mis historias no buscan consuelo, sino verdad; cada palabra es un grito contra el silencio, un reflejo de la fragilidad humana y su infinita capacidad para destruirse. No escribo para escapar, sino para adentrarme en lo incómodo y llevarte conmigo, porque solo enfrentando lo oscuro podemos entender quiénes somos realmente.