Me tomo un café con tu ausencia,
Y le enciendo un cigarro a la nostalgia,
Le doy un beso en el cuello a tu espacio
Vacío.
Me juego un ajedrez con tu historia,
Y le acaricio la espalda a la memoria,
Seduciendo al par de zapatos, azules,
Que olvidaste.
Y charlo de política,
Con tu cepillo de dientes,
Con visión tan analítica,
Como cuando te arrepientes.
Realmente no estoy tan solo, ¿quién te dijo que te fuiste?
Si aún te encuentro cocinando algún recuerdo en la cocina,
O en la sombra que dibuja la cortina,
Realmente no estoy tan solo, ¿quién te dijo que te fuiste?
Si uno no está donde el cuerpo, sino donde más lo extrañan,
Y aquí se te extraña tanto..
Tú sigues aquí, sin ti, conmigo
¿Quién está contigo si ni siquiera estás tú?