Tentaré al mañana, que con suerte deje morir mi lápiz, solo quedan recuerdos en mi mente, recuerdos de un sueño imposible, algo inexiste, comprendí que no puedo estar si soy el alba y tú el poniente, yo soy la tierra, vos el cielo imponente, que no mira a sus pies sino al abismo de estrella que sobre su cabeza se ciernen, mi tiempo es breve, el tuyo extenso, tantas cosas, que diferente. Ese encuentro fue toda una suerte, es verdad hubo sonrisas verdaderas, aunque todo fue breve, porque comprendí en la soledad de aquella noche engullido por la bruma, que mis ojos quieren ser dueño de lo que no pueden, no hubo nada cuando pudo estar presente, así que está alma maldita siguió de frente, buscando donde, poder apoyar su frente.