Según mi médico, dentro de unos años perderé gradualmente la vista. Además, según él, tengo un "número de aumento en mis anteojos poco común", esto debido a la mezcla entre miopía y astigmatismo. Esta noticia me sorprendió, sobre todo teniendo en cuenta que solo tengo 19 años. No sé qué hacer con esta situación y la incertidumbre que conlleva. Enfrentar la posibilidad de perder con el tiempo mi visión a una edad temprana es una total desesperación para mí. La perspectiva de volverme dependiente de las gafas y eventualmente quedarme completamente ciego ha comenzado a cuestionar mi propio futuro, mi capacidad para funcionar a diario y mis planes a largo plazo. También me preocupa cómo afectará esto a mis relaciones personales y académicas, de sí podré librarme de esta mala jugada del destino o sí por el contrario, viviré sin capacidad de ver algo que se parezca a la realidad.
Obviamente existen tratamientos medicos para ello, pero la realidad es que nadie prioriza la salud pública como un derecho humano; son 4 sesiones de 25 mil pesos argentinos.