Una linea ha sido siempre lo que me divide entre la fantasía de tenerte y la realidad de extrañarte. Me siento, tomo mi taza con café y sostengo la mirada con la nada pensando en lo que diré está vez para subir un escalón más... Luego me doy cuenta de que sigo en el mismo escalón de hace meses, en el mismo primer escalón, agacho la mirada y termino mi café; ya sin fuerzas y derrotado en una batalla no peleada, decido acostarme y observar el techo, uno de mis lienzos favoritos para dibujarte y al compas del ruido nocturno crear melodías, versos y una que otra historia junto a ti. No son más que fantasías, cuentos epicos en donde damos un paseo tomados de la mano a la mirada de muchos que sonríen con la hermosura que dejas ver, donde estamos acostados en el césped mientras recitas alguna poesía que nos describe.
La realidad es distinta, en la realidad, me encuentro con un poco de cafeina en mi organismo, que no es más que un engaño a mi cuerpo que le haga creer que por ello no puede dormir, cuando es por tu recuerdo que mi mente divaga imposibilitando que concilie un sueño, incluso, de concebirlo, estarías tú ahí, perturbandome de una manera hermosa, cual ángel infernal, siendo mi mas hermoso pecado.
Aaron D. Piña F.