Extrañaba mis manos.
Me quede dormida y durante ese tiempo la vida me quedo pequeña, quería desahogarme y no podía ¿donde estaba? ¿donde quedaron mis manos? Sumida en la oscura habitación, mis ojos no lograban captar nada, mis oídos hacían ruido por temor a perder la capacidad. EL silencio era aterrador y yo solo podía pensar ¿en donde están mis manos? Recordé aquel momento cuando aprendí a escribir, mis garabatos ininteligible solo yo lograba entender, en ese entonces y ahora supe que no podría parar. No estoy hecha para estar en un solo lugar, mi cuerpo y mi mente no son entes de paz, solo la escritura me permite volar al antiguo Egipto, a la gran jerusalen , a España, o al concierto de mi grupo favorito, enamorarme del amor, y sufrir con la traición, crecer con la verdad, y repudiar la mentira, dramatizar y hacerme fuerte. Vivir muchas vidas a la vez.