Soy simplemente un ladrón de los eternos y de los olvidados escritores del mundo. Robo los versos que mi mente conservó desde alguna entretenida lectura, y los utilizo como propios en un pedazo de papel.

Se han utilizado todas las combinaciones de palabras posibles. No existe narración alguna que me permita autodenominarme original. Ya todo ha sido escrito. 
Por eso mismo, me describo como ladrón. Pero un ladrón soñador. Un ladrón que se sumerge en el mar de letras intentando rescatar de cada ola, al menos una gota de creatividad. El mar es amplio y libre de dueños, sólo hay que proponerse naufragar.

Si Pierre Menard escribió el Quijote, quien dice, que yo no pueda llegar a escribir el Martin Fierro.