Frunció el ceño al ver el actuar infantil de la chica, de verdad detestaba eso.
Cuando volvió a tomar conciencia de lo que ocurría vio cómo la chica tomaba su arma y se iba corriendo.
– Mocosa malcriada, ¡devuelveme éso! –
exclamó no tan fuerte para no ser oído y retirado de aquella prisión, miró por los pasillo para ver si la chiquilla había estado por ahí, pero nada.
Joder, esté trabajo se le puso difícil justo ahora. Pero quizás si hablaba con ella podría preguntarle por 'Yahiko' y saber donde queda su celda, de eso podría sacar provecho. Comenzó a buscar a la peliblanca haciendo el mínimo ruido posible.
– Cuchitu cuchitu, ven mocosa...Ay, Ber, no es un gato, que estupidez haces...Shh, tú cállate. –
Refunfuño para sí mismo, y no, no había tomado sus pastillas, por eso oía voces. Si ésa chica no aparecía con su arma se volvería más loco de lo que ya es.
– Venga, por favor, no puede ser... –
Y antes de que terminará su frase vio cruzar a la peliblanca enfrente suya.
Parpadio un par de veces y luego fue corriendo a por ella, si que este asesinato iba a ser difícil.