— ¿No notas cierta tensión entre nosotros cuando estamos juntos? - Pregunto él decidido. Llevaban un par de años de ser amigos, y de tenerse cariño. Pero los sentimientos no se pueden ocultar para siempre y menos cuando es obvio que ambos sienten lo mismo.
Ella rió nerviosamente sabiendo que era verdad, desvío su mirada a las hojas entre sus dedos y en un último y patético intento de evitar la verdad contestó: — ¿Tú sí?
— ¿Tú no? — contesto rápidamente, alzando una ceja, con una voz desesperada que revelaba lo mucho que ansiaba escucharla admitir algo en voz alta, algo que sabía pero necesitaba confirmar.
Ella cerró los ojos y dió un breve suspiro — Sí — contesto casi al instante.
Después de bromear tanto al respecto, por fin lo habían admitido en voz alta. No sabían que pasaría ahora pero ahora tenían la certeza de que ambos estaban dispuestos a intentarlo.