Quiero volver a esas noches, donde siempre te miraba por mi ventana, fumando un cigarrillo. A esas noches donde te observaba hacer tus tonterías, donde bailabas como si no hubiera un mañana.
Fue un 26 de febrero cuando decidí hablarte, me invitaste a tu departamento ya que estaba lloviendo. Me entregaste una taza de café y me contaste sobre ti, parecías una niña pequeña e indefensa. Hicimos contacto visual por unos minutos y sin más me besaste.
Desde ese día nos volvimos inseparables, pero todo cambio cuando te fuiste. Cuando me dejaste solo en este mundo, intentado sobrevivir con tus recuerdos. Extraño verte sonreír, verte llorar, escuchar tu risa y escuchar tu voz.
–¿Fue tan injusto que solamente el destino supiera tu camino? Es tan injusto saber que mi camino sigue y el tuyo se detuvo por completo. Extraño tus tonterías. Por qué? Por qué no te salve, por que no te escuché cuando más me necesitabas, por ello te suicidaste. Por qué no tenías un hombro en el cual llorar y un oído que escuchará.
Adiós Lisa
A pasos lentos me aleje de aquella tumba, donde se encontraban mi amada. Con el corazón apachurrando me fui del cementerio.
Y ahora solo queda el recuerdo de lo que queríamos ser, y a la vez no pudimos serlo.