La historia es confusa, y tan sutil que en algunas ocasiones pasamos en alto los detalles o incluso el contenido entero. A veces parece tan simple que parecemos olvidar que somos humanos. A veces es tan difícil que recordamos que existimos. Y eso está bien, porque eso nos recuerda de que estamos vivos, de que respiramos diariamente, y de que no somos solamente una cámara suspendida en el aire. Pero que en realidad somos humanos, como los otros a nuestro alrededor. Que en realidad contamos por más que a veces lo olvidemos. Y de que tenemos el poder de cambiar cosas, que en el futuro no seran más que anécdotas de alguna vez.

Y que ese no será nada más ni nada menos que un capítulo más de tu historia, que se cerrará con el que comenzara mañana. Aunque claro es que no podemos olvidar lo que fue, o si no nos olvidariamos a nosotros mismos, pero podemos aprender de lo que fuimos para crear aquel al que seremos, el problema es que si no cometemos errores: 

¿Entonces de qué aprenderemos?