Mi piel esta pálida y fina, como el papel, al igual que mi alma es frágil, mis sentidos me indican que danzo entre la vida y la muerte esperando el momento en el que pueda dejar de respirar, tengo las mismas ganas de hacerlo que de encerrarme y llorar por el mismo motivo por el que lo hice total y absolutamente seguro hace unos años. La destinación de una persona no es ni la fama, ni el dinero, de reír, ni llorar, es la muerte ¿Por qué no traerla antes? De por si el ser humano es una plaga dañina con la que deberíamos de terminar. Desde pequeño tuve la inclinación y las ganas, de aquí en adelante voy a optar por no hablar con nadie y aislarme hasta el día en el que pueda subir a la cornisa más alta y auto-enseñarme a volar, que es lo que me hace falta. Mi vida dentro de la éxtasis de poder respirar a cada segundo, es simplemente lo más bonito que cualquiera pudo tener, pero también es lo más bonito que será arrebatado por uno mismo y su egoísmo. Soy un ególatra de mi ser, me amo más que a nada y por eso me quiero sólo para mi. Buen adiós, final y una vida plena.
