Sueño de H.
—Cariño es hora de despertar, —podia escuchar una voz tan tranquila y melosa llamarme —mi niño ya levántate.
Sentí su cálida mano mecerme y empecé a abrir mis ojos aún con lagañas, cuando por fin pude ver de manera clara alce mi rostro para mirarla.
Era una mujer de rostro claro y con leves arrugas en sus ojos de tanto sonreír, sus ojos eran igual que los míos aunque los suyos eran más claros, grandes y con más brilló. Le quedaban bien.
Su sonrisa amable y su cabello claro se iluminaban con la luz del día que asomaba por la venta.
Ahí me di cuenta, está mujer era mi madre. Mi mamá.
De mis ojos empezaron a brotar cálidas lágrimas y mi corazón empezó a latir de manera desenfrenada, no pude evitarlo, mi voz salió en un grito ahogado y mi mamá no pudo evitar abrazarme.
Sus cálidos brazos hicieron que mi llanto aumentará.
—Tuviste una pesadilla, no te preocupes mi niño —dijo con precaución mientras sobaba mi espalda — yo te cuidaré...
(...)
Desperté.