El magnífico monarca del Makai se acercó a paso firme a su hijo adoptivo.
Su mirada cual oro fundido. Brillante en superioridad y control Choco contra la mirada de respeto de su hijo menor.
—Yuma, por órdenes mías deseo que se lleven a Eva de su "hogar" actual y la lleven a vivir a vuestra residencia— le hablo con voz grave ante la petición.
— Actualmente ella se encuentra en mi palacio en el Makai, se las daré en cuanto pueda revisar su estado salubre— afirmó convierta pisca de desinterés— no hay intenciones para que se quede más con mis hijos (Sakamaki). Llevensela.