—Primero, no te estoy obligando a que te caiga bien, Levi. Estoy consciente de que, porque sea cercano a mi, no quiere decir que lo mismo sea para ti y viceversa, así que me disculpo si te di a entender lo contrario; solo quería evitar que saliera golpeado. ¿Cuándo dije que fueras un animal? —inhaló profundamente, pasando la lengua por el interior de su mejilla. Sus cejas se fruncieron de forma notoria y todo su cuerpo se tensó—. Claramente no estoy de acuerdo con eso, pero con respecto a Kuchel, ella misma aclaró que solo pensaba bailar. Y con Carla, justamente pensaba hablar con ella al respecto de eso. ¿Por qué piensas que golpeando o actuando impulsivamente vas a solucionar todo? Porque al parecer, seguimos en lo mismo. Te largas, te desapareces por meses y al regresar, lo primero que haces es golpear e insultar, y al final haces ver como que siempre te quiero poner como el malo. ¿Al menos sabías que mi padre y yo ya habíamos actuado al respecto? Ah, perdón, no, no lo sabías, olvidaba que en ese tiempo también estabas de misión para protegernos a nosotros, ¿Verdad? Pero creo que a veces se te olvida que hacer sentir a alguien solo, es el peor riesgo que puede haber.
Cerró con fuerza los ojos en cuanto escuchó el golpe seco contra la pared, los puños le temblaban por la fuerza que ejercía en ellos.
—¿Hasta cuándo vas a seguir viendo en mi a otra persona? —soltó por fin, sin apartarle la mirada aunque la suya propia se encontrara cristalizada—. Porque a veces en verdad me das la impresión de que piensas que voy a actuar de tal forma, pero basándote en tus experiencias con alguien más.