Queridos lectores de Venezuela,
En estos momentos difíciles, quiero que sepan que estoy profundamente preocupada por la situación que enfrentan. La crisis en Venezuela ha dejado una huella profunda en cada aspecto de la vida cotidiana, desde la escasez de alimentos y medicinas hasta la inestabilidad económica y política. Las imágenes y relatos que llegan hasta aquí nos muestran un país que está en constante lucha, donde cada día presenta nuevos desafíos.
Imagino la desesperación que sienten al enfrentar largas colas para conseguir productos básicos, la angustia de no saber cómo llegará el próximo suministro de medicinas, y la incertidumbre sobre cómo garantizar el bienestar de sus seres queridos. La inflación descontrolada y la devaluación de la moneda solo agravan una situación que ya era extremadamente difícil. Cada noticia sobre la crisis humanitaria, las dificultades para acceder a servicios esenciales y la creciente inseguridad en las calles es un recordatorio de la valentía que demuestran al seguir adelante.
Sé que en medio de todo esto, mantener la esperanza puede ser un reto monumental. Sin embargo, quiero que sepan que su fortaleza y su capacidad para resistir y adaptarse son dignas de admiración. Cada pequeño acto de solidaridad y cada gesto de apoyo mutuo en su comunidad son pruebas de la increíble resistencia que poseen.
Aunque estoy lejos, mi corazón está con ustedes. La distancia no puede disminuir mi preocupación ni mi deseo de verlos superar estos tiempos oscuros. Confío en que, con el tiempo, Venezuela encontrará el camino hacia una recuperación y una estabilidad que todos merecen.
Les envío un fuerte abrazo cargado de cariño y esperanza. Que cada día les acerque un paso más a un futuro mejor, y que nunca pierdan la fe en un cambio positivo. La valentía que muestran es un faro de luz, y les admiro profundamente por su capacidad de seguir adelante.
Con todo mi afecto y solidaridad,
Mvrinne