De AFO ni me atrevo a hablar, quién debía ser la mayor amenaza no paso de un chiste sin remate, de una bufonería sin gracia, de un absurdo sin explicación, como si el objetivo del autor fuera escribir imitando a un chimpancé leproso o a una cacatúa retardada.
Qué la evolución del rubio explosivo, e inclusive, del propio protagonista, alcance un nivel de excremento tan elevado,que tan siquiera el más coprofagico pueda degustarlo, resulta indignante cuanto menos.
Y sobretodo, que la ausencia de muerte, unida al hecho de que las situaciones de preocupación no fueron más que burdas mentiras y patrañas, y que los últimos capítulos se basan en pura felicidad y esperanza sin una pizca de nerviosismo o de preocupación, me hacen cuestionarme si el público al que iba dirigido la obra fue a un público juvenil, o directamente a una guardería de niños con síndrome de Down a los que hablarles de "muerte" o tan siquiera "consecuencias" les provoca depresión.
Qué las más infantiles películas de Disney e Discovery kids compitan con este final por ver quién tiene la realidad más irreal y feliz, me provoca cuanto menos, decepción.
Para finalizar, el manga de BnHA se puede comparar a un restaurante que, nada más entrar, te entrega un pequeño plato de muestra dulce, que te incita a pedir más, luego te entrega un primer plato exquisito, con personajes espléndidos y la ansia de probar el plato final, para que aparezca el camarero con la comida principal, y te entregué el mojón más grandes que pudieron encontrar entre las cañerías, y por si no fuera suficiente, te orina tanto en el plato como en el rostro, para demostrar con la urea lo poco que le importaste como consumidor y como cliente.
Ahora sí , les pido que me dejen su opinión de este final con completa sinceridad, y después, me presten una toalla para limpiar la orina que el camarero me brindó en el rostro, buenas noches.