abrazo – escribió este enigmático personaje detrás de su pantalla. Él de voluptuosa figura, cabello no muy largo, sin ningún tipo de corte, crecido tal vez de más, lleva una remera sucia y vieja, ese negro gastado de lavados y descuidos al sol, con el logo de una marca que ya tanto tiempo lo volvió ilegible. En su escritorio, 4 vasos, 2 tazas y un paquete de las galletas marca "Sonrisa" con detalles rosas, sin la mitad de sus galletas en el interior. Estás galletas también dejaron migajas sobre toda la mesa de este ser, talvez humano o talvez no, de quién sabe que edad.