El aniversario con su amado había llegado, y con ello, una mezcla de emociones atesoraban el corazón del pelirrojo, quería que todo fuera perfecto para los dos. Fue un día perfecto desde mañana hasta noche, el pelirrojo disfrutó de su amado mientras se deleitaban con una suave balada no tan propia de él, tuvieron una cena acompañada de una vela que ambientaba aquel lugar que era su santuario. Hermes tocó varias canciones a su amado con su guitarra, deleitandolo con las letras más románticas, pero tan explícitas como él, esas pequeñas indirectas acompañadas de una melodia suave, dandole a entender que quería llegar al climax de la noche, quería tener Desert bajo a él y sentirlo, conmemorar su aniversario bajo sus sábanas, ese era su deseo.
───── No sabes cuánto deseo tenerte debajo mío, amor... ───── Le susurró el pelirrojo una vez se aproximó a él, justo en su oreja, un profundo tono decoraba sus palabras, la llama de deseo que tenía por Desert brillaba más que nada, lo deseaba. Sus manos bajaron hacia su mejilla, acariciandola, el tacto con su piel solo alimentó sus ganas de poseerlo, era tan suave contra sus dedos, la tensión se sentía en el aire, solo esperaba empezar a devorar a su novio completo, esa noche él no pensaba en nada más.