Gracias a todo aquel que me lee, me hace crecer un poquito cada día. Quién dice crecer dice creer. Porque quien crece cada día, cree un poco más toda la vida. Sí, os estoy hablando del amor. Del amor propio. Os mando un fuerte abrazo envuelto en letras, que la esencia de las letras no cambie nunca. El placer sigue siendo el mío.