Había una vez una niña con traje rojo que caminaba a casa de su abuela ya que esta la necesitaba.
En el camino encontró a un viejo leñador, este le dijo que no siguiera, porque había un lobo hambriento suelto por el lugar. 
La niña dijo que no le importaba y siguió caminando.
Mas adelante encontró una casa, de su abuela no era, pero si de una anciana parecida a ella, esta le dijo exactamente lo mismo que el leñador. 
A mitad del camino se encontró con el dicho lobo.
No hizo nada que dañara a la niña, nada que diera temor, nada que fuera malo.
Era tan inofensivo, tan triste, tan ser humano.
¿Por qué lo creyeron un mal lobo si ni siquiera lo vieron a los ojos como aquella niña lo hacía?
¿Por qué las personas le advirtieron con adjetivos falsos?

La niña se acerco al lobo, lo acaricio, sonrió para sí misma, lo llamo amigo y se fue.

Lección: no creas lo que la gente dice. Primero ve tu las cosas y luego piensa si les crees o no.