Charles Leclerc entonces corta la distancia hacia Carlos en medio del podido, con Zack y Lando a un lado mientras beben de ese extraño jugo qué nos han dado, y entonces lo abraza, es un abrazo rápido, lo que se les es permitido en estos casos. Y entonces Charles le susurra al oído:
— Cásate conmigo hoy, aquí, solo los dos y nuestra familia.
Y Carlos que por un segundo deja de escuchar todo el ruido que viene de la multitud, solo escucha su propio corazón correr desbocado y atina a decirle que sí con un movimiento de carrera.
Es muy tonto, ¿cómo ha podido contestar así a una propuesta de matrimonio? A su propuesta.
Pero a Leclerc le basta y sobra.
Porque lo único que le interesa es no dejar ir al español, nunca. Aunque le cueste la vida.
(¿Hacemos capítulo especial de Birds of a feather?)