Ríe, si alguna sonrisa te transporta.
Y llora, si una lágrima te reconforta.
Y si la suerte te aparta, dile que no te importa...
porque los robles fuertes crecen con el viento en contra.
No tengas miedo a no dar la talla
ya que no hay mayor acierto que aceptarse cuando fallas.
La conciencia no necesita medallas,
Porque su tesoro es el oro tras sus murallas.
Quiero que te visualices en tu etapa de niñez,
jugando al escondite muy cerca de la pared.
Vuelves a cerrar los ojos hasta contar hasta diez,
y en el momento de abrirlos, te encuentras a ti esta vez.