OS DEJO UN PEQUEÑO ADELANTO DEL PRÓXIMO CAPÍTULO, QUE SIN DUDA VA A SER...
Dicen que la curiosidad mató al gato. Al que quería saber y conocer más de lo que debía. Quizá me sentía un poco como el gato y es que la curiosidad cada vez crecía más y más dentro de mí. ¿Qué había hecho Isaac para no poder salir de mi cabeza? ¿Quién era él realmente?
A penas habíamos hablado, y las veces que lo habíamos hecho no eran ni mucho menos conversaciones decentes. Pero había algo de él que me llamaba. No sabía si era su mundo, o todo lo que podía haber debajo de esa capa de frialdad y pasotismo… fuera lo que fuera estaba ahí y me hacía sentirme atraída hacia él.