La noche hace mucho que había caído, el frió calaba hasta los huesos
Y al entrar al bar sintió placenteramente el calor de los cuerpos humanos
El humo del cigarro y del alcohol, se acerco a la barra y desde ahí la vio
¡o Dios mío! Era un hermoso ser, tenía el cabello lacio hasta media espalda
De un color rojo, le recordaba el color del vino, sus labios rojo cereza que combinaban
Con sus uñas, unos ojos que quitaban el aliento.
Ese día con esas miradas firmo su sentencia, debió haberse dado cuenta que el color
Rojo no era de pación ¡Ho claro que no!, el color rojo en ella no era de amor, por supuesto
Que no era de “precaución”, ella es de esas mujeres que sin darte cuenta
Se te quedan grabadas, es de esas mujeres tan peligrosas que con una mirada
Desvisten el alma, y cuando platicas con ellas como vil víbora te atrapa y tu cordura
Se elimina y a los días les faltan horas, y a los minutos segundos, y cada instante de tu vida
Se lo dedicas, y su sonrisa es más hermosa que todas las estrellas
Y no es solo belleza también inteligencia y estas dispuesto a leer todos los libros
Del mundo para poder maravillarla con tus relatos, y estas dispuesto a dejar tus vicios
Para convertirla en el principal.
Ella era veneno, ella es de las que cuando se van te destrozan, y te vuelves mas maldito
Y cada curva la compraras y en cada nuevo cuerpo la buscas, pero nunca la encuentras.
Y es que las mujeres no saben que la perdición de cualquier hombre es la mujer
Que ellas son la que dirigen el mundo, porque por un beso de esos labios rojos
Iría hasta el inframundo.