ameza9

La noche hace mucho que había caído, el frió calaba hasta los huesos 
          	Y al entrar al bar sintió placenteramente el calor de los cuerpos humanos
          	El humo del cigarro y del alcohol, se acerco a la barra y desde ahí la vio
          	¡o Dios mío! Era un hermoso ser, tenía el cabello lacio hasta media espalda
          	De un color rojo, le recordaba el color del vino, sus labios rojo cereza que combinaban
          	Con sus uñas, unos ojos que quitaban el aliento.
          	Ese día con esas miradas firmo su sentencia, debió haberse dado cuenta que el color
          	Rojo no era de pación ¡Ho claro que no!, el color rojo en ella no era de amor, por supuesto
          	Que no era de “precaución”, ella es de esas mujeres que sin darte cuenta
          	Se te quedan grabadas, es de esas mujeres tan peligrosas que con una mirada
          	Desvisten el alma, y cuando platicas con ellas como vil víbora te atrapa y tu cordura
          	Se elimina y a los días les faltan horas,  y a los minutos segundos, y cada instante de tu vida
          	Se lo dedicas, y su sonrisa es más hermosa que todas las estrellas
          	Y no es solo belleza también inteligencia y estas dispuesto a leer todos los libros 
          	Del mundo para poder maravillarla con tus relatos, y estas dispuesto a dejar tus vicios
          	Para convertirla en el principal.
          	Ella era veneno, ella es de las que cuando se van te destrozan, y te vuelves mas maldito 
          	Y cada curva la compraras y en cada nuevo cuerpo la buscas, pero nunca la encuentras.
          	Y es que las mujeres no saben que la perdición de cualquier hombre es la  mujer
          	Que ellas son la que dirigen el mundo, porque por un beso de esos labios rojos
          	Iría hasta el inframundo.

ameza9

La noche hace mucho que había caído, el frió calaba hasta los huesos 
          Y al entrar al bar sintió placenteramente el calor de los cuerpos humanos
          El humo del cigarro y del alcohol, se acerco a la barra y desde ahí la vio
          ¡o Dios mío! Era un hermoso ser, tenía el cabello lacio hasta media espalda
          De un color rojo, le recordaba el color del vino, sus labios rojo cereza que combinaban
          Con sus uñas, unos ojos que quitaban el aliento.
          Ese día con esas miradas firmo su sentencia, debió haberse dado cuenta que el color
          Rojo no era de pación ¡Ho claro que no!, el color rojo en ella no era de amor, por supuesto
          Que no era de “precaución”, ella es de esas mujeres que sin darte cuenta
          Se te quedan grabadas, es de esas mujeres tan peligrosas que con una mirada
          Desvisten el alma, y cuando platicas con ellas como vil víbora te atrapa y tu cordura
          Se elimina y a los días les faltan horas,  y a los minutos segundos, y cada instante de tu vida
          Se lo dedicas, y su sonrisa es más hermosa que todas las estrellas
          Y no es solo belleza también inteligencia y estas dispuesto a leer todos los libros 
          Del mundo para poder maravillarla con tus relatos, y estas dispuesto a dejar tus vicios
          Para convertirla en el principal.
          Ella era veneno, ella es de las que cuando se van te destrozan, y te vuelves mas maldito 
          Y cada curva la compraras y en cada nuevo cuerpo la buscas, pero nunca la encuentras.
          Y es que las mujeres no saben que la perdición de cualquier hombre es la  mujer
          Que ellas son la que dirigen el mundo, porque por un beso de esos labios rojos
          Iría hasta el inframundo.