¿por qué me enamoras con cada suspiro? / se sienta en el regazo de su amado a horcajadas y rodea su cuello con ambos bracitos, mirándolo con sus ojos amielados y sus pupilas dilatadas ante lo adorable que le parecía, para así rozar ambas puntas de sus naricitas, frotándolas entre sí antes de hacer un piquito y besar sus belfos en varios morritos y también un par de lamidas cual minino, ronronea una vez pega la mejilla propia contra de la ajena.