Extraño escribir, extraño la sensación agonizante de las palabras fluyendo en medio olas y olas emociones aterradoras, intensas y contradictorias, y al mismo tiempo me alegra no tener que hacerlo más.
Hay cierta gloria en la tragedia, pero en mi pequeña y silenciosa comedia trágica he encontrado una pequeña tempestad que me resulta muy familiar, cálida y acogedora.
A veces siento el deseo y l seductora llamada de la melancolía que me impulsa a escribir una vez más pero aún quiero aferrarme a este sinsentido pacifico que es lo más cercano que he tenido a la dicha por años, pero mientras permanezca en este refugio no podré escribir, ahora lo sé, y esta bien.
No sé si alguien leerá esto pero si lo haces, te pido que sonrías aunque el dolor te ahogue, sonríe hasta que tu corazón crea a tu sonrisa y más allá del miedo a perderlo todo abraza aquello que tienes y atesoralo, quizás la tristeza es necesaria para valorar esos pequeños instantes de dicha, si estás leyendo esto, espero en verdad que encuentres la felicidad aún en las más terribles tormentas, y que encuentres paz a pesar de tu dolor y ante todo te deseo mucho amor, porque el ser humano lo necesita y puede presentarse en diversas y maravillosas maneras, solo espero que encuentres el valor de aferrarte a él y disfrutar cada precioso momento.